Martina es una podenca que rescataron de una muerte segura, la habian dejado atada en un barranco , quizás se ahorcara, quizas muriera de hambre , quizas... no hubo quizas ... alguien pasó y la salvó ... hoy Martina ayuda a personas con discapacidad y es capaz de transmitir su paz a una niña con paralisis cerebral solo con el permitir esa caricia
El poder de una Caricia
AUGC en Santa Cruz de Tenerife organizó ayer una jornada de intervención con perros adiestrados en el centro para personas con discapacidad Acamán
[Img #44379]Tuko salvó hace seis años de una muerte segura a Martina, que alguien sin escrúpulos la había dejado atada a un árbol en un barranco. Ayer, domingo, esta joven podenco logró que una pequeña con parálisis celebral, con solo posar su manita en el lomo de la perra y acariciarla con la ayuda de su madre, sintiera la paz que le estaba transmitiendo.
El salón de actos del complejo Acamán, que regentan las Hermanas Hospitalarias, cambió ayer su silencio rutinario de un domingo cualquiera por la atención, alegría y carcajadas de un grupo de sus alumnos, que acudieron a una actividad de intervención con perros adiestrados, organizada en el centro de atención a personas con discapacidad intelectual, por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Santa Cruz de Tenerife.
“La sonrisa de los chicos y chicas fue suficiente para sentirnos satisfechos por haber apostado por esta acción”, señala el secretario general de AUGC en Santa Cruz de Tenerife, Juan Fernández. Este encuentro se engloba en el plan de actividades sociales que organiza la Asociación anualmente y que muestra su carácter solidario.
Ayer se cumplió el objetivo de AUGC de contribuir con el desarrollo de esta iniciativa al fomento de la interactividad de los alumnos de Acamán que participaron en el encuentro. Para ello contó con la participación de la experiencia y buen hacer de tres profesionales de ATAPGC Intervenciones Asistidas con Perros, una empresa de Las Palmas de Gran Canaria integrada por diplomados y licenciados en Pedagogía Terapéutica que, a través de la intervención con perros educados en positivo, consiguen abarcar las áreas cognitiva y conductual, de comunicación, psicomotricidad y autonomía personal, entre otras.
Este equipo, capitaneado por Pedro Oliver, dio muestras ayer de que su trabajo es efectivo y tiene resultados positivos. En el salón de actos del centro Acamán, localizado en San Miguel de Geneto, en La Laguna, estaban presentes más de 20 chicos y chicas de las áreas educativa, sociosanitaria e integración laboral que conforman el complejo de las Hermanas Hospitalarias.
La jefa de Estudios del centro, Carolina González, hace hincapié en que esta actividad es un ejemplo de cómo, mediante el acercamiento de las personas con discapacidad intelectual a los animales, se puede conseguir un aumento de su capacidad de comunicación. Ayer este hecho fue una realidad.
Desde el primer momento, los profesionales de ATAPGC lograron que los participantes en la jornada, organizada por AUGC gracias a la buena predisposición del centro Acamán porque se hiciera posible, se integraran de forma activa en la iniciativa.
Pero esto no hubiera sido posible sin la presencia de Martina y sus otros dos compañeros: Goya, una cariñosa Golden, que Pedro Oliver cuida y protege desde que unos niños, después de haber conseguido un capricho de Reyes, se aburrieron de ella; y de Budy, el simpático Beagle de Quique.
Estos tres animales, adiestrados en terapia asistida por los profesionales de ATAPGC, se ganaron a los alumnos de Acamán desde el primer minuto que comenzó la actividad, que se desarrolló entre las 11.00 y las 14.00 horas del domingo.
La película que se rodó en este día especial está escalonada de escenas alegres, tiernas y divertidas. Martina, Goya y Budy cumplieron con su objetivo, que no era otro que fomentar la interactividad de los chicos y chicas que compartieron con ellos cuatro horas de esta jornada lúdica, donde reinó la armonía y la excelente comunicación entre los animales y los participantes.
El encuentro se desarrolló en tres partes. La primera consistió en la presentación de Martina, Gala y Budy a los alumnos y en la explicación por parte de los tres profesionales, a través de coloridas cartulinas, de cómo hay que tratar a los perros. La segunda sesión supuso la presentación individual mediante el contacto físico de los chicos y chicas con los animales. Para ello se dividieron en tres grupos y, a través de caricias sensitivas, los participantes pudieron percibir las zonas frías y calientes de los perros, además de realizar una sesión de peluquería, fomentando su psicomotricidad.
La jornada concluyó con una sesión también de impulso de la psicomotricidad, en la que los componentes de la actividad caminaron con los perros por un recorrido compuesto por un conjunto de aros de distintos colores colocados en el suelo.
Durante las cuatro horas que el centro Acamán abrió sus puertas el domingo (su jornada habitual es de lunes a viernes) se sucedieron momentos que quedaran grabados en las retinas de los protagonistas, pero también de los espectadores, que desde fuera del escenario tomaron parte activa de la actividad terapuéutica. Al encuentro asistieron las hermanas hospitalarias que regentan el complejo, el equipo directivo y trabajadores del centro, los padres de los chicos y chicas y representantes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles en Santa Cruz de Tenerife.
Los tres profesionales que guiaron la actividad también se han quedado con sus secuencias particulares. Pedro recuerda con satisfacción el entusiasmo de una niña con parálisis celebrar en silla de ruedas al participar, guiada por Gala, en el recorrido con los aros, mientras el resto de sus compañeros aplaudían su hazaña con alegría.
También rememora con agrado el momento en el que un niño con autismo, que jamás había aceptado contacto físico con un perro, acarició a la Golden por su propia iniciativa, cuando dejaron de insistirle sus progenitores para que lo hiciera. Por su parte, Quique se queda con la escena en la que Budy demostraba estar tranquilo y feliz mientras lo acariciaban suavemente a la vez un grupo de jóvenes.
Un niño con autismo moderado acariciando por primera vez a un perro; una niña con parálisis cerebral sintiendo la paz que con una sola caricia le transmitía una podenco; una joven con discapacidad intelectual derrochando felicidad mientras aclamaba que se le colocara a Martina una banda color “rojo pasión” en el transcurso de una de las actividades; una pequeña inquieta que consiguió aplacar su hiperactividad al pasar su manita por el lomo de Gala.
Todas estas secuencias forman parte de una jornada educativa en la que prevaleció la alegría y festividad. Gala, Martina y Budy consiguieron despertar el entusiasmo de los participantes, los verdaderos protagonistas de una mañana diferente para ellos en el centro Acamán.
http://lavozdetenerife.com/not/59200/el_poder_de_una_caricia/
El poder de una Caricia
AUGC en Santa Cruz de Tenerife organizó ayer una jornada de intervención con perros adiestrados en el centro para personas con discapacidad Acamán
[Img #44379]Tuko salvó hace seis años de una muerte segura a Martina, que alguien sin escrúpulos la había dejado atada a un árbol en un barranco. Ayer, domingo, esta joven podenco logró que una pequeña con parálisis celebral, con solo posar su manita en el lomo de la perra y acariciarla con la ayuda de su madre, sintiera la paz que le estaba transmitiendo.
El salón de actos del complejo Acamán, que regentan las Hermanas Hospitalarias, cambió ayer su silencio rutinario de un domingo cualquiera por la atención, alegría y carcajadas de un grupo de sus alumnos, que acudieron a una actividad de intervención con perros adiestrados, organizada en el centro de atención a personas con discapacidad intelectual, por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Santa Cruz de Tenerife.
“La sonrisa de los chicos y chicas fue suficiente para sentirnos satisfechos por haber apostado por esta acción”, señala el secretario general de AUGC en Santa Cruz de Tenerife, Juan Fernández. Este encuentro se engloba en el plan de actividades sociales que organiza la Asociación anualmente y que muestra su carácter solidario.
Ayer se cumplió el objetivo de AUGC de contribuir con el desarrollo de esta iniciativa al fomento de la interactividad de los alumnos de Acamán que participaron en el encuentro. Para ello contó con la participación de la experiencia y buen hacer de tres profesionales de ATAPGC Intervenciones Asistidas con Perros, una empresa de Las Palmas de Gran Canaria integrada por diplomados y licenciados en Pedagogía Terapéutica que, a través de la intervención con perros educados en positivo, consiguen abarcar las áreas cognitiva y conductual, de comunicación, psicomotricidad y autonomía personal, entre otras.
Este equipo, capitaneado por Pedro Oliver, dio muestras ayer de que su trabajo es efectivo y tiene resultados positivos. En el salón de actos del centro Acamán, localizado en San Miguel de Geneto, en La Laguna, estaban presentes más de 20 chicos y chicas de las áreas educativa, sociosanitaria e integración laboral que conforman el complejo de las Hermanas Hospitalarias.
La jefa de Estudios del centro, Carolina González, hace hincapié en que esta actividad es un ejemplo de cómo, mediante el acercamiento de las personas con discapacidad intelectual a los animales, se puede conseguir un aumento de su capacidad de comunicación. Ayer este hecho fue una realidad.
Desde el primer momento, los profesionales de ATAPGC lograron que los participantes en la jornada, organizada por AUGC gracias a la buena predisposición del centro Acamán porque se hiciera posible, se integraran de forma activa en la iniciativa.
Pero esto no hubiera sido posible sin la presencia de Martina y sus otros dos compañeros: Goya, una cariñosa Golden, que Pedro Oliver cuida y protege desde que unos niños, después de haber conseguido un capricho de Reyes, se aburrieron de ella; y de Budy, el simpático Beagle de Quique.
Estos tres animales, adiestrados en terapia asistida por los profesionales de ATAPGC, se ganaron a los alumnos de Acamán desde el primer minuto que comenzó la actividad, que se desarrolló entre las 11.00 y las 14.00 horas del domingo.
La película que se rodó en este día especial está escalonada de escenas alegres, tiernas y divertidas. Martina, Goya y Budy cumplieron con su objetivo, que no era otro que fomentar la interactividad de los chicos y chicas que compartieron con ellos cuatro horas de esta jornada lúdica, donde reinó la armonía y la excelente comunicación entre los animales y los participantes.
El encuentro se desarrolló en tres partes. La primera consistió en la presentación de Martina, Gala y Budy a los alumnos y en la explicación por parte de los tres profesionales, a través de coloridas cartulinas, de cómo hay que tratar a los perros. La segunda sesión supuso la presentación individual mediante el contacto físico de los chicos y chicas con los animales. Para ello se dividieron en tres grupos y, a través de caricias sensitivas, los participantes pudieron percibir las zonas frías y calientes de los perros, además de realizar una sesión de peluquería, fomentando su psicomotricidad.
La jornada concluyó con una sesión también de impulso de la psicomotricidad, en la que los componentes de la actividad caminaron con los perros por un recorrido compuesto por un conjunto de aros de distintos colores colocados en el suelo.
Durante las cuatro horas que el centro Acamán abrió sus puertas el domingo (su jornada habitual es de lunes a viernes) se sucedieron momentos que quedaran grabados en las retinas de los protagonistas, pero también de los espectadores, que desde fuera del escenario tomaron parte activa de la actividad terapuéutica. Al encuentro asistieron las hermanas hospitalarias que regentan el complejo, el equipo directivo y trabajadores del centro, los padres de los chicos y chicas y representantes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles en Santa Cruz de Tenerife.
Los tres profesionales que guiaron la actividad también se han quedado con sus secuencias particulares. Pedro recuerda con satisfacción el entusiasmo de una niña con parálisis celebrar en silla de ruedas al participar, guiada por Gala, en el recorrido con los aros, mientras el resto de sus compañeros aplaudían su hazaña con alegría.
También rememora con agrado el momento en el que un niño con autismo, que jamás había aceptado contacto físico con un perro, acarició a la Golden por su propia iniciativa, cuando dejaron de insistirle sus progenitores para que lo hiciera. Por su parte, Quique se queda con la escena en la que Budy demostraba estar tranquilo y feliz mientras lo acariciaban suavemente a la vez un grupo de jóvenes.
Un niño con autismo moderado acariciando por primera vez a un perro; una niña con parálisis cerebral sintiendo la paz que con una sola caricia le transmitía una podenco; una joven con discapacidad intelectual derrochando felicidad mientras aclamaba que se le colocara a Martina una banda color “rojo pasión” en el transcurso de una de las actividades; una pequeña inquieta que consiguió aplacar su hiperactividad al pasar su manita por el lomo de Gala.
Todas estas secuencias forman parte de una jornada educativa en la que prevaleció la alegría y festividad. Gala, Martina y Budy consiguieron despertar el entusiasmo de los participantes, los verdaderos protagonistas de una mañana diferente para ellos en el centro Acamán.
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