JAÉN.- Hace unos días, una clínica veterinaria de Torreperogil publicaba la impactante imagen de un podenco ahorcado y quemado en una barbacoa entre esta localidad y Úbeda. Una situación que la asociación Animalista ProPeludos lleva denunciando desde hace tiempo contra esta raza que, especialmente, en Andalucía de manera sistemática se encuentra castigada. El podenco andaluz es una raza autóctona y sorprendente que muy poca gente se ha molestado en conocer. Una recorrido macabro que comienza cada mes de octubre, cuando empieza la temporada de caza. Esta asociación se prepara entonces para lo peor y cada año se repite la misma situación. Este año, desde final de septiembre llevan recogiendo un podenco cada fin de semana, maltratos y abandonados, más los que han aparecido  muertos o tan asustados que no han podido prestarles ayuda. Muchos otros, ante la falta de medios, no han podido ayudarles, y es que la falta de apoyos económicos a asociaciones como ProPeludos es casi un mal endémico. Esta asociación lamenta que las hembras son usadas para crear sin discriminación alguna, encerradas la mayoría y pariendo para después ver como venden o regalan los cachorros para tener una triste vida por delante. “Hemos rescatado podencos tiroteados, llenos de plomillos por todo el cuerpo, con evidentes signos de haber intentado ahorcarlos; todos en los huesos, por supuesto. Cada vez lo vemos más cerca de las capitales de provincia, pero no nos damos cuenta de que lo peor está, mientras más nos alejamos de un gran núcleo de población”, señalan a HoraJaén desde ProPeludos.
La temporada de caza está llegando a su fin y los casos son cada vez más duros, ya que aparecen ahorcados, quemados o tirados en pozos. Los podencos son usados y tratados como una herramienta de trabajo, de ese supuesto “deporte”, y si desde el punto de vista de su dueño “no sirve”, los abandonan a su suerte o mucho peor, los asesinan de forman cruel y despiadada, resumen. Si, bien es cierto, que los podencos no son la única raza maltratada con la excusa de la caza, puesto que, también, hay muchos casos de galgos, bracos, y otros perros usados como si no fueran seres vivos, los podencos son los grandes olvidados. Todas las demás razas consiguen adopción tarde o temprano, pero por desgracia, los podencos aún están estigmatizados como animales no aptos para una casa, y aún no ha llegado el “boom” de adoptar a un podenco como (por suerte) ha pasado con los galgos. Son la raza desconocida, la raza por la que nadie se interesa. Algunos de los podencos que han rescatado llevan más de un año con ellos sin que nadie pregunte siquiera por ellos.
Los podencos son una raza magnífica, con una energía media (más baja que otras muchas razas que vemos en hogares españoles), extremadamente leales a sus dueños, inteligentes y cariñosos. Compañeros ideales para niños pequeños, personas mayores, familias… ¿por qué nadie se fija en ellos?  “¿Cómo podemos salvar a los podencos de este cruel destino? Desde ProPeludos a menudo sentimos que esta tarea es nadar a contracorriente, puesto que no paramos de rescatar podencos, pero nadie los adopta. De hecho, muy pocas protectoras atienden ya casos de podencos, puesto que saben que supone un rescate “sin salida”, pero entonces, ¿quién va a luchar por ellos y ayudarles? Creemos, firmemente, que la solución de este problema pasa por dos puntos: el primero, la prohibición de la caza, y el segundo, la obligatoriedad de que la administración cree un censo de tenencia de animales, puesto que en la actualidad sólo se obliga a chipar y vacunar de la rabia a una mascota (algo que muchos cazadores ni cumplen), cosa que no supone una herramienta de protección a los animales puesto que hemos llegado a ver incluso casos donde los cazadores les quitan los chips a animales vivos o incluso muertos para ponérselos a otros y así ahorrarse ese coste económico y librarse de una multa”, resumen.
ProPeludos quiere concienciar de este grave problema, necesitan ayuda, necesitan despertar conciencias y mostrar la realidad que sufren estos animales. Mostrar que la caza trae mucho maltrato animal y muchas consecuencias negativas, y el único aspecto positivo es el disfrute de aquel que lo hace.   Dar hogares a los animales rescatados, oportunidades para los maravillosos podencos andaluces, y herramientas legales para frenar este descontrol y crueldad que de momento, queda impune.