Hace ya casi dos meses recibíamos aviso de un perro viejo y esquelético que vagaba por el monte Xalo a ciegas, sí, habéis leído bien, a ciegas en sentido literal, las fotos eran como una puñalada en el pecho, no era necesario tener estudios para saber que la muerte ya venía al encuentro de ese desolado animal, no era necesario tampoco tener un corazón fuera de serie para sentir un enorme dolor y una rabia difícil de contener, intentamos contactar con la persona que lo vio, para conocer por lo menos su ubicación, pero por mucho que lo intentamos no fue posible. Un par de días después sí que recibíamos otro aviso, pero en este caso de una persona conocida que de ninguna manera iba a hacerle una foto, dejarlo allí y largarse a su casa a cenar.
Según llegó ya fue ingresado de urgencia en una clínica veterinaria, su estado era desastroso, su pobre pellejo infectado hasta límites desconocidos, úlceras dolorosísimas en ambos ojos y hambre de meses, si alguien hubiera conducido a una persona a ese estado sería un escándalo tal que abriría el telediario, pero sólo era un “puto chucho” que se ve que ya no valía para nada, este pobre perro “de caza” tenía las uñas larguísimas y daba la impresión de haber estado encerrado durante mucho tiempo, con poca comida pero mierda en abundancia, así tratan algunos a sus animales.
Los ojitos de Gómez eran una desgracia absoluta, uno ya estaba perdido y en el otro había una antigua, enorme, profunda y dolorosa úlcera, se intentó salvárselo por desgracia sin éxito, pero por lo menos ahora ya no siente ningún dolor. Gómez está condenado a vivir por siempre en la oscuridad, pero sus otros sentidos funcionan a toda máquina, no tropieza con nada y nos viene a recibir sin contratiempos, ni un murciélago lo haría mejor, parece que no echara nada de menos, de hecho, parece feliz…, mucho más de lo que probablemente nunca fue, perdió la luz de sus ojos pero ganó una vida.
Gómez no es un viejo acabado ni muchísimo menos, es un perro alegre, curioso, sociable, pacífico, tranquilo, cariñosísimo y tremendamente listo, puede hacer una vida perfectamente normal. Está disponible para acogida permanente, tú sólo tendrías que quererlo, nosotros nos haremos cargo de sus gastos veterinarios de por vida.
Sufrió mucho, mucho dolor y mucha pena porque la gente a la que más quería lo arrojó a la calle para morir, pero ya no hay dolor ni pena en su corazón, perdió sus ojos pero ganó esperanza y unas hermosas alas para volar, ¿quieres ser tú la luz que le guíe en su eterna oscuridad?
En acogida permanente en APADAN (Culleredo- A Coruña)
info@apadan.org - 626076776 (wathssap o telegram)
Según llegó ya fue ingresado de urgencia en una clínica veterinaria, su estado era desastroso, su pobre pellejo infectado hasta límites desconocidos, úlceras dolorosísimas en ambos ojos y hambre de meses, si alguien hubiera conducido a una persona a ese estado sería un escándalo tal que abriría el telediario, pero sólo era un “puto chucho” que se ve que ya no valía para nada, este pobre perro “de caza” tenía las uñas larguísimas y daba la impresión de haber estado encerrado durante mucho tiempo, con poca comida pero mierda en abundancia, así tratan algunos a sus animales.
Los ojitos de Gómez eran una desgracia absoluta, uno ya estaba perdido y en el otro había una antigua, enorme, profunda y dolorosa úlcera, se intentó salvárselo por desgracia sin éxito, pero por lo menos ahora ya no siente ningún dolor. Gómez está condenado a vivir por siempre en la oscuridad, pero sus otros sentidos funcionan a toda máquina, no tropieza con nada y nos viene a recibir sin contratiempos, ni un murciélago lo haría mejor, parece que no echara nada de menos, de hecho, parece feliz…, mucho más de lo que probablemente nunca fue, perdió la luz de sus ojos pero ganó una vida.
Gómez no es un viejo acabado ni muchísimo menos, es un perro alegre, curioso, sociable, pacífico, tranquilo, cariñosísimo y tremendamente listo, puede hacer una vida perfectamente normal. Está disponible para acogida permanente, tú sólo tendrías que quererlo, nosotros nos haremos cargo de sus gastos veterinarios de por vida.
Sufrió mucho, mucho dolor y mucha pena porque la gente a la que más quería lo arrojó a la calle para morir, pero ya no hay dolor ni pena en su corazón, perdió sus ojos pero ganó esperanza y unas hermosas alas para volar, ¿quieres ser tú la luz que le guíe en su eterna oscuridad?
En acogida permanente en APADAN (Culleredo- A Coruña)
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