En memoria de Gordi (escrito de Villabichos)

¡¡¡¡ La que has armado, Gordi !!!!

Seguro que ahora estás, asomado desde tu nube, asombrado ante todo esto..... Tú sólo te acercaste al bordecito para volver a ver, desde allá arriba, a tu familia...a tu querida Miryam. Sólo querias ver que todo estaba bien, como siempre ha estado....

Y encuentras los ojos de Miryam llenos de lágrimas.....lágrimas que se unen a las de 8000 amigos más. Lágrimas que caen a la tierra para regar la semilla que ya ha empezado a germinar...

Te preguntas qué tiene que ver esto contigo... Claro, tu solo hiciste lo que mejor sabes hacer:

Ser compañero y amigo, esperar pacientemente junto al ordenador, hacer reir cuando más se necesita, pasear, jugar, revolcarte en la arena..... solo disfrutaste de la vida, de la comida, de los juegos, del amor de la familia..... Como cualquier otro perro. ¡¡¡¡ Que importa la raza !!!!
,
Y poco a poco conseguiste hasta cambiar el lenguaje, Pasaste de ser un perro de caZa a ser un perro de caSa. Sólo una letra que cambia totalmente una vida.....

Una casa en lugar de un zulo, un paseo en lugar de una cacería, pienso y chuches en lugar de pan duro, abrazos en lugar de patadas... y una vejez rodeado de cariño en lugar de un tiro o una cuerda en el campo.

Ya no sorprenden los setters paseando con sus dueños, los pointers viajando de vacaciones, los bretones jugando con los niños, los galgos luciendo su elegante estampa en la ciudad.....

Y tú, Gordi, eres, en gran parte, el culpable. Así que no te asombres si a tu nube empiezan a llegar bracos gorditos, podencos viejecillos hablando de sofás..... y si, al verte, sonrien y dicen los unos a los otros ; " Mira, es Gordi. El perrito de Myriam, el de "perros de casa",

martes, 23 de diciembre de 2014

Julia Navarro y los regalos de Navidad

"Feliz Navidad y que el 2015 os traiga muchas cosas buenas. Hay quienes estas Navidades piden de regalo un perro. Sobre todo los niños y los padres, complacientes, sin pensárselo dos veces acuden a la tienda a comprar un perro como quien compra una bicicleta.
Pero un perro no es un juguete. Un perro es un ser vivo que siente y padece como nosotros, y que necesita cuidados y atención. Tener un perro es una experiencia maravillosa porque será siempre nuestro amigo más leal. Pero eso sí, hay que sacarle a la calle como mínimo cuatro veces al día, llevarle al veterinario y estar pendiente de darle de comer. También hay que saber sonreír y encajar cuando de cachorros mordisquean las patas de las sillas o se meriendan un calcetín.
A lo largo de mi vida siempre he tenido un perro que me ha acompañado. Yola, mi primer perro, una San Bernardo grande y mimosa. O Curro, un chucho callejero al que quise casi más que a ninguno. Tifis, mi fiel y leal Tifis, Full, Boby… La lista es interminable. Ahora me acompaña Argos, mi queridísimo Argos, el pequeño de la casa y el que recibe todos los mimos. Argos me acompaña mientras escribo, se pasa las horas quieto a mi lado. Argos, que ha sufrido cuatro operaciones porque tiene displasia y por el que he rezado para que saliera airoso de cada intervención.
Si usted es madre o padre y está tentado a comprar un perro, haga el favor de pensarlo antes de entrar en la tienda y dejarse conmover por uno de esos cachorros que parecen juguetes pero no lo son: luego crecen. Y si después de pensarlo continua decidido, entonces vaya a cualquier protectora de animales y adóptelo. Hay miles de perros que esperan una oportunidad, perros a los que un día sus dueños abandonaron porque se habían convertido en una molestia, perros que han sufrido malos tratos, perros que han nacido en el rincón de una callejuela y que han logrado sobrevivir a duras penas. Esos perros le están esperando y si adopta uno no se arrepentirá. Pero piénselo; piénselo diez, veinte veces antes de dar el paso. Si no esta dispuesto a convertirle en uno más de la familia, a cuidarle y protegerle, entonces vaya a unos grandes almacenes y compre un perro de peluche en vez de pasar a engrosar la lista de desalmados que después de unos meses terminan abandonando a sus mascotas en las calles.
Argos me mira mientras escribo estas líneas. La suya es una mirada confiada, llena de cariño y lealtad." ✒ Julia Navarro

Foto: "Feliz Navidad y que el 2015 os traiga muchas cosas buenas. Hay quienes estas Navidades piden de regalo un perro. Sobre todo los niños y los padres, complacientes, sin pensárselo dos veces acuden a la tienda a comprar un perro como quien compra una bicicleta.
Pero un perro no es un juguete. Un perro es un ser vivo que siente y padece como nosotros, y que necesita cuidados y atención. Tener un perro es una experiencia maravillosa porque será siempre nuestro amigo más leal. Pero eso sí, hay que sacarle a la calle como mínimo cuatro veces al día, llevarle al veterinario y estar pendiente de darle de comer. También hay que saber sonreír y encajar cuando de cachorros mordisquean las patas de las sillas o se meriendan un calcetín.
A lo largo de mi vida siempre he tenido un perro que me ha acompañado. Yola, mi primer perro, una San Bernardo grande y mimosa. O Curro, un chucho callejero al que quise casi más que a ninguno. Tifis, mi fiel y leal Tifis, Full, Boby… La lista es interminable. Ahora me acompaña Argos, mi queridísimo Argos, el pequeño de la casa y el que recibe todos los mimos. Argos me acompaña mientras escribo, se pasa las horas quieto a mi lado. Argos, que ha sufrido cuatro operaciones porque tiene displasia y por el que he rezado para que saliera airoso de cada intervención.
Si usted es madre o padre y está tentado a comprar un perro, haga el favor de pensarlo antes de entrar en la tienda y dejarse conmover por uno de esos cachorros que parecen juguetes pero no lo son: luego crecen. Y si después de pensarlo continua decidido, entonces vaya a cualquier protectora de animales y adóptelo. Hay miles de perros que esperan una oportunidad, perros a los que un día sus dueños abandonaron porque se habían convertido en una molestia, perros que han sufrido malos tratos, perros que han nacido en el rincón de una callejuela y que han logrado sobrevivir a duras penas. Esos perros le están esperando y si adopta uno no se arrepentirá. Pero piénselo; piénselo diez, veinte veces antes de dar el paso. Si no esta dispuesto a convertirle en uno más de la familia, a cuidarle y protegerle, entonces vaya a unos grandes almacenes y compre un perro de peluche en vez de pasar a engrosar la lista de desalmados que después de unos meses terminan abandonando a sus mascotas en las calles. 
Argos me mira mientras escribo estas líneas. La suya es una mirada confiada, llena de cariño y lealtad." ✒ Julia Navarro

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