Esto no se trata de una crónica de una carrera, ni tan siquiera de un entrenamiento, solamente quiero hablaros de sentimientos... (SantiagoSantiago Jimenez Rodriguez)
Vaya últimas 48 horas vividas...
El sábado habíamos organizado un entreno entre amigos del equipo para celebrar que de nuevo estoy por estos lares y la ruta, no podía ser de otra forma, la 0-4-0... Salimos del Socorro a las 00:00 pm con un ambiente genial y con la lluvia de compañera inseparable durante toda la ruta... Lluvia que se antojó fuerte y cruel con nosotros hasta hacernos recapacitar y decidir abandonar el recorrido llegados a la Ermita de Fregel. Allí nos cambiaríamos por ropa seca, descansaríamos un poco y hasta el Portillo para regresar ya en coche... Ese era el plan, pero en esa Ermita nos "esperaba" una sorpresa... Cuando llegamos allí encontramos a una podenca en un estado horrible, tremendamente delgada, en las últimas, totalmente empapada y temblorosa, sin apenas fuerzas para mantenerse en pie... Le dimos casi toda nuestra reserva que llevábamos de comida. Fueron momentos duros de impotencia, pensando que la estábamos ayudando, pero que un rato más tarde, la dejaríamos a su suerte... Afortunadamente para ella y para mi conciencia, entre nosotros estaba Mantas Eduardo, que antes de irnos de allí, me pidió que le prometiera que volveríamos a buscarla como fuese... Un apretón de manos hizo el resto...
Horas más tarde, después de pasar por casa para buscar un transportín y ropa seca(gracias por el transportín Mamen Correal Fernandez y Daniel Gonzalez Nuñez por conseguírnoslo) volvimos en busca de la perrita. No voy a contar lo que fueron las siguientes horas de suspense, sufrimiento y esfuerzo físico, combinadas con el cansancio de casi 24 horas sin dormir, descansar y ni siquiera comer...pero llegamos dónde la habíamos encontrado, allí estaba seguía en el mismo sitio sin apenas fuerzas para moverse... Y otras tantas horas para regresar al coche llevándola con sólo las fuerzas de nuestros corazones, que hacían que el resto del cuerpo no se rindiera en cualquier momento.
Ya en casa de Edu la perrita parecía otra, comiendo, con calor y sobretodo cariño humano, parecía que quería vivir y disfrutar de ello... Así la dejé en las mejores manos posibles, esperando ver el desenlace hoy lunes, cuando Edu la llevara al Albergue para informar de su encuentro... Y esta es la parte que me hace, que según escribo estas líneas, lágrimas de felicidad y satisfacción corran por mis mejillas. Hoy hemos sabido que esa perrita al borde de la muerte, por la que tanto luchamos, estaba desaparecida, tiene dueño y que pronto volverá a estar con él... Y eso,sólo eso, me
hace sonreír y pensar que la vida puede ser MARAVILLOSA!!!
Vaya últimas 48 horas vividas...
El sábado habíamos organizado un entreno entre amigos del equipo para celebrar que de nuevo estoy por estos lares y la ruta, no podía ser de otra forma, la 0-4-0... Salimos del Socorro a las 00:00 pm con un ambiente genial y con la lluvia de compañera inseparable durante toda la ruta... Lluvia que se antojó fuerte y cruel con nosotros hasta hacernos recapacitar y decidir abandonar el recorrido llegados a la Ermita de Fregel. Allí nos cambiaríamos por ropa seca, descansaríamos un poco y hasta el Portillo para regresar ya en coche... Ese era el plan, pero en esa Ermita nos "esperaba" una sorpresa... Cuando llegamos allí encontramos a una podenca en un estado horrible, tremendamente delgada, en las últimas, totalmente empapada y temblorosa, sin apenas fuerzas para mantenerse en pie... Le dimos casi toda nuestra reserva que llevábamos de comida. Fueron momentos duros de impotencia, pensando que la estábamos ayudando, pero que un rato más tarde, la dejaríamos a su suerte... Afortunadamente para ella y para mi conciencia, entre nosotros estaba Mantas Eduardo, que antes de irnos de allí, me pidió que le prometiera que volveríamos a buscarla como fuese... Un apretón de manos hizo el resto...
Horas más tarde, después de pasar por casa para buscar un transportín y ropa seca(gracias por el transportín Mamen Correal Fernandez y Daniel Gonzalez Nuñez por conseguírnoslo) volvimos en busca de la perrita. No voy a contar lo que fueron las siguientes horas de suspense, sufrimiento y esfuerzo físico, combinadas con el cansancio de casi 24 horas sin dormir, descansar y ni siquiera comer...pero llegamos dónde la habíamos encontrado, allí estaba seguía en el mismo sitio sin apenas fuerzas para moverse... Y otras tantas horas para regresar al coche llevándola con sólo las fuerzas de nuestros corazones, que hacían que el resto del cuerpo no se rindiera en cualquier momento.
Ya en casa de Edu la perrita parecía otra, comiendo, con calor y sobretodo cariño humano, parecía que quería vivir y disfrutar de ello... Así la dejé en las mejores manos posibles, esperando ver el desenlace hoy lunes, cuando Edu la llevara al Albergue para informar de su encuentro... Y esta es la parte que me hace, que según escribo estas líneas, lágrimas de felicidad y satisfacción corran por mis mejillas. Hoy hemos sabido que esa perrita al borde de la muerte, por la que tanto luchamos, estaba desaparecida, tiene dueño y que pronto volverá a estar con él... Y eso,sólo eso, me
hace sonreír y pensar que la vida puede ser MARAVILLOSA!!!
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