Los Bomberos se emplearon a fondo para poner a salvo 4 personas y un perro!
"Su miedo no era tanto por sí mismo, sino por su mascota. Su perro, asustado como el que más por el agua, no permitía que se acercara nadie más que su dueña y además corría de un lado a otro hasta que llegó a perderse. Pero su dueña no quería abandonarlo, así que mientras que ella escalaba, literalmente, descalza y ayudada por un bombero a través de las cuerdas que caían de la pared, varios miembros de Protección Civil recorrían con la vista los aledaños para hallar a la mascota. Casi al mismo tiempo en que la mujer terminaba el ascenso a la pared, un joven que se encontraba cerca localizó al animal y ayudó a Protección Civil a calmarlo y llevarlo hasta su dueña, ante aplausos de los curiosos que se acercaron"
"Su miedo no era tanto por sí mismo, sino por su mascota. Su perro, asustado como el que más por el agua, no permitía que se acercara nadie más que su dueña y además corría de un lado a otro hasta que llegó a perderse. Pero su dueña no quería abandonarlo, así que mientras que ella escalaba, literalmente, descalza y ayudada por un bombero a través de las cuerdas que caían de la pared, varios miembros de Protección Civil recorrían con la vista los aledaños para hallar a la mascota. Casi al mismo tiempo en que la mujer terminaba el ascenso a la pared, un joven que se encontraba cerca localizó al animal y ayudó a Protección Civil a calmarlo y llevarlo hasta su dueña, ante aplausos de los curiosos que se acercaron"
Ya había pasado la tromba de lluvia y decenas de curiosos y noveleros se asomaban a los puentes que cruzan el barranco de Santos para verlo tornarse en un caudal de agua. Pero en medio de ese río de piedras y tierra cuatro vecinos de Santa Cruz temían por su vida y la de su mascota. Eligieron unas cuevas de la pared para residir pero esa elección casi les cuesta la vida. El agua no paraba de pasar por delante de sus hogares y se colaba en su interior. Cada vez más rápido, cada vez más numerosa.
Por eso pidieron ayuda. La recibieron en primera instancia por parte de los bomberos, que al llegar se percataron de las dificultades de las labores de rescate. Una pared totalmente perpendicular, cerca del Hotel Escuela, era la única vía de posible de escape. Los agentes de bomberos se pusieron manos a la obra y desplegaron las cuerdas para sacar de sus cuevas a las tres personas.
Al llegar hasta ella se encontraron con dos sorpresas.La primera es que ellos mismos mostraron su preocupación porque son cuatro las personas que residen allí y faltaba uno. "Temían que se lo hubiera llevado la corriente", explican fuentes del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes). Por eso, paralelamente al rescate de los tres afectados, personal de bomberos y agentes de la Policía Nacional revisaban el barranco en busca del cuarto residente.
Además, el equipo de rescate se encontró con una dificultad añadida: la última de las vecinas en rescatar se resistía. Su miedo no era tanto por sí mismo, sino por su mascota. Su perro, asustado como el que más por el agua, no permitía que se acercara nadie más que su dueña y además corría de un lado a otro hasta que llegó a perderse. Pero su dueña no quería abandonarlo, así que mientras que ella escalaba, literalmente, descalza y ayudada por un bombero a través de las cuerdas que caían de la pared, varios miembros de Protección Civil recorrían con la vista los aledaños para hallar a la mascota. Casi al mismo tiempo en que la mujer terminaba el ascenso a la pared, un joven que se encontraba cerca localizó al animal y ayudó a Protección Civil a calmarlo y llevarlo hasta su dueña, ante aplausos de los curiosos que se acercaron. La preocupación se centró entonces en el cuarto ocupante de las cuevas, que seguía sin aparecer hasta que a última hora de la tarde de ayer el SUC atendió un hombre con contusiones que aseguraba vivir en el barranco. Fue un gran susto con final feliz.
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