Siempre he sido una apasionada del arte , a mi dame un museo, una catedral, unas ruinas y soy la mujer mas feliz del mundo … ( eso o ir a Amidea)
Uno de los primeros viajes que hice expresamente para visitar un museo fue a Córdoba , al Museo Julio Romero de Torres , seguramente automáticamente asocias el nombre con la “chiquita piconera” ( impresionante esas medias , esa mirada … perdón me voy del tema)
Pero quizás no conozcas la relación de Julio Romero de Torres con “Pacheco” un galgo negro que compartió vida y estudio con él , ese galgo fino , elegante y señorial acostumbraba a dormir repanchigado en el diván junto al brasero ( quien sabe si el mismo que inmortalizó en su mítico lienzo) mientras el pintor trabajaba
Pacheco fue tan conocido en Madrid como su compañero humano , ya que acostumbraba a ir con él a todos sitios
Y en su cuadro “Cante Jondo” hizo que pasara a la historia del arte ( os puedo asegurar que impresiona esa figura de galgo al contemplar el cuadro)
Tras la muerte del pintor durante el velatorio, Pacheco se pasó toda la noche aullando lastimeramente al lado del cadáver del que fue su amo
Tres años mas tarde de la muerte del pintor , Pacheco se muere en la casa que hoy alberga el museo en la capital cordobesa
Y allí en su Córdoba natal , en los jardines de Agricultura, una estatua recuerda al genial pintor con su compañero , el galgo Pacheco
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