El dueño de la perra Tata tendrá que responder ante el Juzgado por su abandono

El dueño de la perra Tata, que fue encontrada con graves heridas y golpes, deberá responder ante el juez por un delito de abandono animal. Se trata de un hombre de 48 años de edad, iniciales J.L.A.R. y vecino de Lanzarote, que no tiene antecedentes por hechos similares. Esta hembra podenco llegó el jueves en muy mal estado a la asociación protectora de animales The Kennel Club, que el viernes interpuso una denuncia ante el Seprona. A pesar de ello, tanto desde esta asociación como desde la Guardia Civil han indicado que resulta “muy difícil probar” quién le infligió las heridas al animal, por lo que a su dueño no se le pueden imputar las lesiones, “pero sí el abandono”. 

A través de los datos del microchip que llevaba Tata, el Seprona logró localizar a su último dueño (la perra ha tenido 4 propietarios en los últimos 9 meses), que ya el sábado pasó a ser “investigado” por este presunto delito de abandono animal. Desde The Kennel Club han elogiado la labor del Seprona y la Policía Local de Arrecife, cuya Unidad de Protección Animal ha trabajado en coordinación con los agentes del Seprona en las pesquisas. “Están ayudando muchísimo, lo están tomando muy en serio”, ha destacado Laura, portavoz de The Kennel Club, sobre los dos cuerpos policiales.

Los hechos que se le imputan al último dueño de la perra están tipificados en el Código Penal español, que establece multas y penas de inhabilitación especial para “el que abandone a un animal […] en condiciones en que pueda peligrar su vida o integridad”. Concretamente, el dueño se enfrenta a una posible multa de 1 a 6 meses  y a la inhabilitación de 3 meses a un año para la tenencia de animales o para dedicarse a profesiones, comercios u oficios relacionados con los animales.

La veterinaria tuvo que extirparle los ojos

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Tata llegó a The Kennel Club el pasado jueves con múltiples heridas y tuvo que ser intervenida por la veterinaria.  La portavoz ha explicado en Radio Lanzarote-Onda Cero que alguien la encontró en el municipio de Arrecife “de pie, impresionantemente”. Y es que la perra, a la que han dado el nombre de Angelique, tenía el cráneo fracturado en 3 zonas distintas, la mandíbula y la cara “hinchadas en general”, y, además, sufría una “grave infección” en los ojos. En este sentido, la portavoz ha explicado que finalmente la veterinaria no ha podido salvar los ojos de Angelique, por lo que la perra ha quedado ciega. 

Desde entonces la perra se está recuperando de la cirugía. “La veterinaria dice que es un milagro que esté viva”, decía The Kennel Club en una de las publicaciones que ha ido difundiendo en su página de Facebook para informar del estado de Angelique. Cuando haya recuperado la forma física, esta podenco será trasladada a la península. “Hay un centro de rescate en la península que es especialista en podencos y tienen experiencia con podencos sin vista. En cuanto se mejore la chica que lleva esta asociación en la península vendrá personalmente para recogerla”, ha explicado la portavoz. Se trata de un centro “sin jaulas”, donde pueden dedicar “mucho más tiempo para cada caso especial”, ha agregado.Allí, trabajarán con ella para “rehabilitarla” y después se le encontrará un dueño, que ha de “ser bastante especial”. “se quedará allí hasta que le encuentren el dueño perfecto”.

El caso de Angelique o Tata ha cobrado mucha difusión en las redes sociales este fin de semana. De un lado, alguien inició una petición a través de SosVox para solicitar a la Fiscalía de Arrecife que investigara los hechos, y que ya ha alcanzado las 12.500 firmas. The Kennel Club, además, comenzó una recaudación de fondos para los cuidados de la perra y su traslado, que ha alcanzado ya los 3.000 euros. “Han llegado donaciones de muchos lugares del mundo”, se ha felicitado la portavoz. 

Sobre la situación de los animales en Lanzarote, Laura recalca que “para una isla tan pequeña son muchos los animales abandonados y que sufren”. “Una gran mayoría son podencos, sobre todo cuando acaba la temporada de caza, no les sirven y muchos se encuentran en la calle abandonados y suelen estar en muy mal estado”, lamenta.