En memoria de Gordi (escrito de Villabichos)

¡¡¡¡ La que has armado, Gordi !!!!

Seguro que ahora estás, asomado desde tu nube, asombrado ante todo esto..... Tú sólo te acercaste al bordecito para volver a ver, desde allá arriba, a tu familia...a tu querida Miryam. Sólo querias ver que todo estaba bien, como siempre ha estado....

Y encuentras los ojos de Miryam llenos de lágrimas.....lágrimas que se unen a las de 8000 amigos más. Lágrimas que caen a la tierra para regar la semilla que ya ha empezado a germinar...

Te preguntas qué tiene que ver esto contigo... Claro, tu solo hiciste lo que mejor sabes hacer:

Ser compañero y amigo, esperar pacientemente junto al ordenador, hacer reir cuando más se necesita, pasear, jugar, revolcarte en la arena..... solo disfrutaste de la vida, de la comida, de los juegos, del amor de la familia..... Como cualquier otro perro. ¡¡¡¡ Que importa la raza !!!!
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Y poco a poco conseguiste hasta cambiar el lenguaje, Pasaste de ser un perro de caZa a ser un perro de caSa. Sólo una letra que cambia totalmente una vida.....

Una casa en lugar de un zulo, un paseo en lugar de una cacería, pienso y chuches en lugar de pan duro, abrazos en lugar de patadas... y una vejez rodeado de cariño en lugar de un tiro o una cuerda en el campo.

Ya no sorprenden los setters paseando con sus dueños, los pointers viajando de vacaciones, los bretones jugando con los niños, los galgos luciendo su elegante estampa en la ciudad.....

Y tú, Gordi, eres, en gran parte, el culpable. Así que no te asombres si a tu nube empiezan a llegar bracos gorditos, podencos viejecillos hablando de sofás..... y si, al verte, sonrien y dicen los unos a los otros ; " Mira, es Gordi. El perrito de Myriam, el de "perros de casa",

sábado, 4 de abril de 2015

Los perros callejeros a los que cuidaba acudieron al velatorio

Rose Margarita Suárez era una señora que amaba a los animales ante todas las cosas. Durante toda su vida se dedicó a cuidar de perros callejeros necesitados y los alimentaba. “Eran más importantes ellos que ella misma”, explicó una de sus hijas hace una semana cuando anunció el triste fallecimiento de su madre.
Durante el funeral de Margarita Suárez, celebrado en Cuernavaca (México), se vivió un momento de lealtad que dejó a todos los asistentes impresionados y emocionados. Patricia Urrutia, hija de la fallecida, narró el maravilloso e inexplicable momento cuando mientras velaban al cuerpo de Rose, una manada de perros llegó y se sentaron dentro de la sala.
Los perros se quedaron toda la noche haciendo guardia junto a la persona que quizás fue la más importante de sus vidas.
A la mañana siguiente los perros salieron pero al cabo de una hora volvieron y se quedaron de nuevo despidiendo a su querida familiar.

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