Ese grupo de vecinos de la ciudad hindú de Chennai, cargando en una improvisada escalera a un pastor alemán herido, ensangrentado y vendado son la viva imagen de la grandeza humana. No se lo han pensado. Cargan al animal como si cargaran a un hijo propio. Sus rostros están llenos de serenidad. Quizás de tranquila resignación. Pero al mismo tiempo desbordan esperanza. La de una civilización y una comunidad de vecinos dispuestos a dar su vida y su esfuerzo por salvar una vida. Incluso por salvar la vida de un perro, de un animal. O quizás, SOBRE TODO por salvar la vida de un animal.http://blogs.lasprovincias.es/…/el-que-salva-una-vida-salv…/

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