Ya hemos salido. Aura tiene una costilla rota, no se sabe si por atropello o la paliza que le han dado. Parece ser que no se contentaron con dejar de alimentarla, con pegarle toda su vida, con dejarle su cuerpecito pequeño lleno de quemadur
as de cigarro... No hay duda de por qué Aura llora en sueños, ni de por qué baja la mirada cuando me ve pasar por su lado.
Le han puesto vitaminas, suero y antiinflamatorios; y necesitará seguir tomándolos un tiempo. Gracias a Ruth, la veterinaria de la Clinica Veterinaria Almohade por cobrarme solo la mitad de hoy, mañana tenemos que volver.
Fuerza, chiquitita.
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