“La impresión fue muy, muy desagradable, porque yo estaba cogiendo setas, caí, di dos vueltas de campana y llegué a un llano, y me llevé una gran sorpresa al ver el perro ‘guindao”. “Tuvieron que caminar un rato para ahorcarlo allí, porque aquel lugar está bien escondido”, asegura.
Zebensuí confiesa que “es la primera vez que veo eso, la verdad, y me imagino el sufrimiento del animal; sinceramente, se me quitaron las ganas de todo, porque estar recogiendo setas y, de repente, encontrarme con la estampa del desgraciado perro…”. Lamenta que se cometan estas reprobables acciones y que “la gente no tenga consciencia” del maltrato animal.
El diputado de Izquierda Unida (IU) Joan Nuet i Pujals, miembro de la Asociación Parlamentaria de Defensa de los Animales, ha denunciado en el Congreso de los Diputados el ahorcamiento de galgos después de la temporada de caza en algunas regiones de la Península. Ha solicitado medidas legislativas para impedir que se cometan estas barbaries y, en su caso, castigarlas.
En La Palma, hasta ahora, se desconocían estas prácticas crueles, salvajes e inhumanas. Zebensuí Martín insiste en que “nunca había visto eso y me impresionó bastante”.
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