LAURA PRESENTA A ODETTE
Laura, voluntaria en Barcelona y casa de acogida de Odette, ha escrito unas líneas para presentar a esta podenca rescatada en Valencia. No podemos sino copiarlas enteras y permitir que todos las podáis leer tal cualsalieron de su corazón:
La primera vez que vi una foto de Odette pensé: “está flaquita”.
Luego vi un vídeo suyo: “está muy delgada”.
Cuando la vi en persona: “parece sacada de un campo de concentración nazi”.
Los primeros días de tenerla me dolía el pecho y los oídos me zumbaban. Eso no se hace. Así no se trata a un ser vivo. No hay justicia. Y cuántos la vieron y no hicieron nada. Eso no se hace.
Tiene más zonas sin pelaje que cubiertas con pelo, su piel está reseca y quebradiza, tiene las articulaciones inflamadas, llagas en las patas, en la cola, en los tobillos, los ojos sin brillo, pulso débil, su cara permite el estudio anatómico de la calavera de un perro, puedes contar todas las vértebras de su espalda, no tiene pecho sino un costillar abrupto, los huesos de su cadera no es que se vean, es que solo tiene hueso y pellejo. Cojea. Sus patas no tienen musculatura alguna. Sus pies están aplanados, las almohadillas son inexistentes de lo atrofiadas que las tiene. Las uñas retorcidas y malformadas. El rabo es como un rosario de huesos adornado aquí y allá por una herida y algún pelo. Y unos pezones enormes de haber dado el pecho a vete a saber cuántos cachorros y en qué condiciones. Tiene leishmaniosis y erliquia y anemia y desnutrición grave: está 10 kg por debajo de su peso. Pesa 15 kg de los 25 que debería.
Miseria. Depauperación. Miseria.
Odette me sigue por casa, con la mirada pizpireta, con dolor a cada paso y con la esperanza de que sea ya la hora de comer, otra vez. A veces da saltitos de 3 o 4 cm de altura con sus patas delanteras, eso en un perro sano es ponerse a dos patas. No sabemos qué le ha pasado en el cuello, pero su ladrido y su llanto es casi inaudible, medio mudo de lo afónico que suena.
Se cansa a los pocos minutos de salir de casa pero quiere saludar a todos y cada uno de los humanos con los que se encuentra.
Dócil, inteligente y cariñosa. Y harta de tanta miseria.
Laura, voluntaria en Barcelona y casa de acogida de Odette, ha escrito unas líneas para presentar a esta podenca rescatada en Valencia. No podemos sino copiarlas enteras y permitir que todos las podáis leer tal cualsalieron de su corazón:
La primera vez que vi una foto de Odette pensé: “está flaquita”.
Luego vi un vídeo suyo: “está muy delgada”.
Cuando la vi en persona: “parece sacada de un campo de concentración nazi”.
Los primeros días de tenerla me dolía el pecho y los oídos me zumbaban. Eso no se hace. Así no se trata a un ser vivo. No hay justicia. Y cuántos la vieron y no hicieron nada. Eso no se hace.
Tiene más zonas sin pelaje que cubiertas con pelo, su piel está reseca y quebradiza, tiene las articulaciones inflamadas, llagas en las patas, en la cola, en los tobillos, los ojos sin brillo, pulso débil, su cara permite el estudio anatómico de la calavera de un perro, puedes contar todas las vértebras de su espalda, no tiene pecho sino un costillar abrupto, los huesos de su cadera no es que se vean, es que solo tiene hueso y pellejo. Cojea. Sus patas no tienen musculatura alguna. Sus pies están aplanados, las almohadillas son inexistentes de lo atrofiadas que las tiene. Las uñas retorcidas y malformadas. El rabo es como un rosario de huesos adornado aquí y allá por una herida y algún pelo. Y unos pezones enormes de haber dado el pecho a vete a saber cuántos cachorros y en qué condiciones. Tiene leishmaniosis y erliquia y anemia y desnutrición grave: está 10 kg por debajo de su peso. Pesa 15 kg de los 25 que debería.
Miseria. Depauperación. Miseria.
Odette me sigue por casa, con la mirada pizpireta, con dolor a cada paso y con la esperanza de que sea ya la hora de comer, otra vez. A veces da saltitos de 3 o 4 cm de altura con sus patas delanteras, eso en un perro sano es ponerse a dos patas. No sabemos qué le ha pasado en el cuello, pero su ladrido y su llanto es casi inaudible, medio mudo de lo afónico que suena.
Se cansa a los pocos minutos de salir de casa pero quiere saludar a todos y cada uno de los humanos con los que se encuentra.
Dócil, inteligente y cariñosa. Y harta de tanta miseria.
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