Esta carita preciosa, esta mirada curiosa y estos ojos llenos de luz y vida pertencecen señoras y señores... ¡A MOMO!
Es él, sí, sí, sí, quién hubiera apostado hace apenas una semana que ese cuerpo destruido sin apenas alma se convertiría en alguien a punto de estrenar la vida.
Ahora que parece que se despejan los miedos y que Momo solo puede avanzar se nos llena la boca de la palabra GRACIAS.
Gracias siempre a los socios y padrinos, madre mía, qué hubiera sido, no de Momo, sino de tantos y tantos peludos a los que habéis salvado la vida. Sois la sangre de El Refugio-Escuela.
A los amigos que nos habéis hecho donativos para ayudar a pagar la factura de la hospitalización de Momo, millones de gracias, sin vosotros hubiéramos tenido gravísimos quebraderos de cabeza.
Y en fin, gracias a todos, ¡a los Teamers! y a quienes con sus comentarios y sus mails nos brindáis vuestro cariño y vuestra confianza.
Momo empieza a hacer el camino que ha de llevarle a casa gracias a todos los que creemos que los animales importan.
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