Un estado de la India, situado al oeste del país, ha declarado la guerra a la caza furtiva de animales con una medida un tanto radical: permitirá a los guardas forestales disparar a los cazadores. Es un último esfuerzo para frenar la incontrolable muerte de tigres y otros animales salvajes. A partir de ahora, el Gobierno de Maharashtra no considerará un delito herir o matar a cazadores furtivos sospechosos.
Se han tomado medidas contra los cazadores furtivos, pero no han servido de mucho. Así que se ha decidido dar más poder a los guardas forestales. Además, se tomarán otras medidas como enviar más guardabosques, así como jeeps, al bosque. También ofrecerá recompensas a las personas que informen de dónde encontrar y capturar a los cazadores furtivos y a los contrabandistas de animales.
Cabe preguntarse si una guerra entre seres humanos solucionará el problema. ¿No dispararán los furtivos, a su vez, a los guardabosques, para salvar su vida? De momento, ningún cazador furtivo de tigres ha recibido un solo disparo. Por otra parte, en la zona también hay tala de madera ilegal y pescadores, que pueden verse envueltos en una guerra que nada tiene que ver con ellos.
En todo caso, el Gobierno cree que la amenaza funcionará como un factor disuasorio para los criminales. El riesgo de la actividad ilegal será más alto. Una medida similar, que permite a los guardias disparar contra los cazadores furtivos en otro estado, Assam, está ayudando a que la población de rinocerontes se esté recuperando.
Los cazadores furtivos han perdido todo temor. Simplemente, van allí y matan los animales que quieren, ya que los riesgos son bajos, ha señalado Divyabhanusinh Chavda, que dirige el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en la India y es un miembro clave de la Junta Nacional de Vida Silvestre, que asesora al primer ministro. En algunas de las reservas de la India, los guardias sólo llevan palos.
India se enfrenta a una intensa vigilancia internacional por su conservación del tigre, ya que el país posee la mitad de ejemplares que hay en el mundo, unos 3.200 tigres en decenas de reservas. Desde la década de los setenta del siglo XX, la caza del tigre está prohibida.
Se han tomado medidas contra los cazadores furtivos, pero no han servido de mucho. Así que se ha decidido dar más poder a los guardas forestales. Además, se tomarán otras medidas como enviar más guardabosques, así como jeeps, al bosque. También ofrecerá recompensas a las personas que informen de dónde encontrar y capturar a los cazadores furtivos y a los contrabandistas de animales.
Cabe preguntarse si una guerra entre seres humanos solucionará el problema. ¿No dispararán los furtivos, a su vez, a los guardabosques, para salvar su vida? De momento, ningún cazador furtivo de tigres ha recibido un solo disparo. Por otra parte, en la zona también hay tala de madera ilegal y pescadores, que pueden verse envueltos en una guerra que nada tiene que ver con ellos.
En todo caso, el Gobierno cree que la amenaza funcionará como un factor disuasorio para los criminales. El riesgo de la actividad ilegal será más alto. Una medida similar, que permite a los guardias disparar contra los cazadores furtivos en otro estado, Assam, está ayudando a que la población de rinocerontes se esté recuperando.
Los cazadores furtivos han perdido todo temor. Simplemente, van allí y matan los animales que quieren, ya que los riesgos son bajos, ha señalado Divyabhanusinh Chavda, que dirige el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en la India y es un miembro clave de la Junta Nacional de Vida Silvestre, que asesora al primer ministro. En algunas de las reservas de la India, los guardias sólo llevan palos.
India se enfrenta a una intensa vigilancia internacional por su conservación del tigre, ya que el país posee la mitad de ejemplares que hay en el mundo, unos 3.200 tigres en decenas de reservas. Desde la década de los setenta del siglo XX, la caza del tigre está prohibida.
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