Se dicta en Toledo la primera condena en España por la muerte de galgos
Día 30/10/2013
El Juzgado de lo Penal número 1 de Toledo ha  dictado la primera sentencia que condena en España a un cazador por  ahorcar a sus galgos, según confirmó ayer a ABC la Asociación BaasGalgo,  que ha ejercido la acusación popular con el asesoramiento del abogado  Sergio García-Valle, especialista en este tipo de casos.
El inculpado, vecino de la localidad toledana  de Fuensalida, ha sido condenado a 7 meses y medio de prisión, así como a  la inhabilitación especial durante dos años y un día para el ejercicio  de la profesión, oficio o comercio relacionado con los animales. Esta  inhabilitación se extiende, según la sentencia, a que no cace con  galgos, no posea galgos ni comercie con ellos. Tampoco podrá ejercer  como presidente ni otro cargo en ninguna asociación relacionada con caza  con galgos durante ese tiempo.
El origen de esta sentencia se remonta a dos  años atrás, cuando los cadáveres de dos jóvenes galgos, de 22 meses y  cinco años, fueron hallados en la localidad toledana de Fuensalida.  Miembros de la Asociación BaasGalgo, fundada en 2009, encontraron  primero a un galgo sin identificar con una pita atada al cuello: había  sido ahorcado.
«Un gran paso»
Pero a los componentes de esa agrupación les  pareció muy extraño el movimiento de tierra que había en las  inmediaciones y comenzaron a excarvar con las manos hasta que  encontraron los cadáveres de Iniesta y Bola; también habían sido  ahorcados. Estos dos animales sí llevaban microchip, lo que facilitó  identificar a su dueño, quien confesó ser el autor de los hechos. Ante  el juez, el cazador afirmó que «desconocía que ahorcar animales fuese  delito», que su abuelo lo había hecho toda la vida y admitió que los  sacrificó «porque tenían defectos y no me valían para la caza». 
«Esta sentencia es un gran paso en la lucha por  la defensa de los derechos de los animales», dice la presidenta de la  Asociación BaasGalgo, Beatriz Marlasca, organización que había pedido un  año de prisión. «Este precedente -añade- ayudará a que se reduzcan los  maltratos a los galgos tras la temporada de caza, práctica  desgraciadamente muy extendida entre cazadores de algunas regiones de  España».
La práctica de ahocar galgos al terminar la  temporada de caza, o cuando han dejado de ser útiles a sus dueños, sigue  siendo habitual en España. En Castilla-La Mancha, Fuensalida es el  municipio donde  más galgos muertos, maltratados o abandonados ha  encontrado la Asociación BaasGalgo, que cuenta con dos voluntarios en  este pueblo de 12.000 habitantes y un extenso término municipal de 68  kilómetros cuadrados. Del centenar de galgos, la mayoría vivos pero  maltratados, que la asociación ha recogido en Castilla-La Mancha en lo  que va de año, setenta animales han sido encontrados en Fuensalida,  cinco de ellos muertos. «Lo que ocurre en este pueblo es sangrante»,  afirma Beatriz Marlasca, cuya asociación colabora con el Ayuntamiento de  este municipio para frenar esa estadística.
«¡No me explicó cómo a alguien se le ocurre  matar a un galgo!», exclama el alcalde de Fuensalida, Mariano Alonso. El  consistorio ha dado todo tipo de facilidades a BaasGalgo, que ya  ofreció información durante una feria medieval en septiembre y que  también va a dar charlas en los colegios del pueblo a alumnos de 11 y 12  años, además de realizar otras actividades, para concienciarles contra  el maltrato animal.
Igualmente, la concejal de Comunicación, María  Plaza, ha tenido contactos con la asociación local de galgueros, «muy  sensibilizada» con este asunto, para luchar contra esa «lacra». «Estamos  en el camino de cambiar la tendencia y en el último año los números han  cambiado», asegura la edil.
«No me cabe en la cabeza esa práctica. El perro  es el compañero de la jornada de caza al que se le cuida con esmero,  trabajo y esfuerzo», afirma el presidente de la Federación de Caza de  Castilla-La Mancha, Juan de Dios García. 
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