martes, 21 de diciembre de 2010

basset

1 comentario:

  1. Me ha dado mucha alegría esta entrada, pues mi primera perra, la que llegó a casa con la difícil misión de "curarme" de mi fobia a los perros fue precisamente Yerma, una hermosa cabezona de esta raza. Entonces eran muy poco vistos y el barrio se burlaba un poco de ella. Bien descrita en el texto de la presentación porque son muy suyos y frente a una estufa alcanzan el summum de la felicidad al punto de no querer menearse por nada, je, je. Y en casos de cosas que oler se olvidan del mundo y de ti. ¡La herencia es la herencia! Yerma fue una grandísima amiga, buena y noble a reventar. Y gracias a ella, a su bondad y su compañía logré pasarme al bando perruno, que hasta entonces... sí, creedme... me daba miedo.

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